Epidemiología



Las lesiones por quemaduras afectan a pacientes de cualquier edad, pero el mayor riesgo se encuentra en los menores de 10 años y el 80% de ellos se da en el domicilio. En nuestro país, se observa una tendencia significativa al descenso en las tasas de mortalidad específica por quemaduras en todos los tramos etarios con excepción de los mayores de 60 años para la población adulta, entre otras razones al envejecimiento de la población tienen un pronóstico más desfavorable que en las personas más jóvenes.

Las mayores de tasas de incidencia de pacientes quemados corresponde a los meses de Abril, Enero y Diciembre. El sexo masculino es el más afectado, siendo la edad más frecuente de 15 a 24 años para los pacientes adultos y de 1 a 4 años para los pediátricos. 
Los agentes causales que provocan más quemaduras son el fuego directo para los adultos y los líquidos calientes en los niños, predominando la quemadura dérmica y los miembros inferiores como la región anatómica más afectada. La conducta aplicada en la Emergencia es fundamentalmente el tratamiento ambulatorio


CLASIFICACIÓN:

En el diagnóstico del paciente quemado se debe considerar:
La extensión de las quemaduras, para calcular la extensión de una quemadura, se utilizan distintos métodos:

Esquema de Lund y Browder: Este esquema da valores porcentuales a las distintas partes del cuerpo, estableciendo diferencias si el paciente quemado es un lactante, un niño o un adulto. El inconveniente de este esquema es el no poder tenerlo siempre a mano.

Regla de los Nueve: o Método de Pulaski y Tennison. En éste se divide la superficie corporal en zonas que representan 9 o múltiplos de 9 expresados en porcentaje. El 1% restante se asigna al periné.

Regla de la palma de la mano: Si pensamos que en el adulto la palma de la mano, contando los dedos, equivale al 1 % de superficie corporal, bastará con una sencilla operación de superposición de la mano del paciente que ha sufrido la quemadura (no la de la enfermera) para obtener el cálculo aproximado de la Superficie Corporal Quemada (SCQ).



Su cuantificación es importante para establecer el pronóstico vital y el tratamiento más conveniente.
Para valorar la extensión de una quemadura de forma rápida y precisa, la superficie corporal se expresa en porcentajes que calculamos mediante la “regla de los 9”, la cual sirve para adultos y niños presentando algunas modificaciones en estos últimos.    





  • La profundidad de una quemadura.

Esta depende de la cantidad de calor transmitida a la piel y las capas de la piel que son lastimadas.




De primer grado: Son las quemaduras más superficiales, dolorosas y afectan únicamente a la epidermis y no producen secuelas.
 Se distinguen por lesiones eritematosas, levemente inflamatorias, donde se conserva la integridad de la piel. Ejemplo quemaduras de origen solar o por escaldadura de agua.




De segundo grado: Son las que afectan las capas más profundas de la piel, hay presencia de flictenas, la piel esta rojiza, manchado o con coloración variable, dolor, hinchazón.
Puede quedar una secuela de despigmentación.





De tercer grado: Implican la destrucción del totalidad de la piel, existe una anestesia local debido a alteración de las terminaciones nerviosas , la piel está blanca o carbonizada.





De cuarto grado: El daño se extiende a tejidos profundos como músculos


  •  La localización de las quemaduras.

Las siguientes se consideran áreas especiales, por su connotación estética y/o funcional: cara, cuello, manos y pies, pliegues articulares, genitales y periné, mamas.
  • La edad del paciente

El pronóstico del paciente quemado es menos favorable en los extremos de edad:
Pacientes < 2 años y pacientes > 60 años.
  • Criterio de gravedad de un paciente quemado según superficie corporal quemada

Quemado Grave: También se denomina Gran Quemado, es el paciente que presenta superficie corporal quemada superior al 15%.

Quemado Leve: Es aquel paciente que presenta superficie corporal quemada inferir al 15%.
En esta clasificación hay que considerar otros aspectos importantes como la edad del paciente, la profundidad de la lesión, la existencia de otras enfermedades, lo que puede hacer que la clasificación del paciente cambia de Leve a Grave aunque la superficie corporal quemada sea inferior al 15%.